La doble moral

Ayer vi un cartel de grandes dimensiones que seguramente circulan con gran difusión en el estado, nuestro Campeche tranquilo, que lucha por su rescate cultural y valores. No suelo polemizar cuando expongo mis ideas en los medios escritos o digitales… Bien lo expresaba Einstein » El mundo es un lugar peligroso para vivir, no a causa de la gente mala, sino de las personas que no hacen nada al respecto». No puedo imaginar que le respondería a un niñ@ que pregunte acerca de este ultrajante tema que no tiene razón.

En palabras de Saramago: ¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser vivo?
El cuestionamiento se hace necesario para reflexionar sobre retrograda actitud de seguir encerrando toros para quitarles la vida, en un acto de barbarie, en gozo de unos cuantos.
El mundo ha cambiado de mentalidad al respecto. Europa, por ejemplo, ha prohibido las corridas de toros. CdMx, Yucatán y otras entidades ya no permiten este indigno evento. Pero, parece, que ese cambio de mentalidad queda fuera de Campeche que anuncia actividades, mal llamadas, taurinas.
Uno no debe quedarse callado para dar voz a quien no tiene voz. O acaso, ¿un asustado toro sale consciente y contento a dejarse infligir dolor y mutilaciones hasta perder la vida?
En la promoción del evento se puede leer, estrictamente prohibida la entrada a menores. Lo anterior, para procurar un intento de moralidad a los ojos de la sociedad. ¿Pueden hablar de moral quienes no se detienen, a pesar de tantas voces en contra, en continuar usando animales para satisfacer su necesidad de morbo observando un toro indefenso contra un torero armado con filosa espada? La malsana doble moral.
Recuerdo que hace tiempo, organizadores de este tipo de eventos en algún municipio local, pusieron el grito en el cielo amenazando hablar hasta con mismísimo papa para que los niños ejercieran sus derechos de asistir a las corridas. ¿Qué necesidad de forzar que la ternura infantil sea manchada con actividades salvajes? Lo peor. Se ha demostrado que menores que ven con naturalidad dañar, a un ser vivo, se piensan que es normal. Y una sociedad que lastima, con el tiempo, se puede volver contra ella misma.
Es terrible que todavía se acepten realizar, aquí, este tipo de crueles actividades que han sido erradicadas en otras partes. La promoción de la violencia no es una buena lección social. Se enseña que quitar la vida, en este caso de un toro, es posible y permisible. Y, eso es inadmisible en una sociedad civilizada.
Campeche tiene que dejar atrás este tipo de “espectáculos” públicos. El respeto a la vida, cualquiera que sea, debe ser sagrado. Encerrarse en un espacio para divertirse a costa de un hombre armado y un ser vivo indefenso no tiene justificación.
Nadie debiera asistir a ver maltrato animal. El cuestionamiento de Saramago, de mostrar inteligencia y detener asesinatos de seres vivos, tuvo eco en su natal Portugal donde se prohibieron las corridas. Por supuesto, no fue fácil hubo discrepancias. En otros países latinos cundió el buen ejemplo: cero espectáculos de este tipo.
Campeche no tiene a Saramago. Nos tiene a quienes estamos en desacuerdos con tales prácticas. El mundo entero ha cambiado; sigue cambiando a diario; quizá sea tiempo de cambiar nosotros. No más corridas de toros. No más maltrato animal. No más muertes consentidas. La grandeza de espíritu, de las nuevas generaciones, lo agradecerá.

Alto a la Tauromaquia. No a la muerte Inocente. Todo Ser Vivo Tiene Derecho a la Vida.

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