Cosas que tiene la vida; Bertha Paredes Medina; Tribuna de Campeche

En mi modesta biblioteca personal tengo a la vista un cuadro. Es mi preferido porque me recuerda mi paso por la universidad y también porque se trata de un hermoso y fino trabajo de caligrafía. Inmenso valor que tiene la escritura a mano sobre todo en estos tiempos en que casi todo es virtual. Veamos…Mensajes de texto, libros digitalizados, mails que se leen pero no se imprimen, trabajos escritos en el ordenador…prácticamente nada a mano…hasta el tendero ahora usa computadora para llevar sus cuentas o este mismo escrito que redacto desde mi lap top.

No me considero errada al pensar que son bastantes los campechanos que, sin saberlo unos y con pleno conocimiento otros, tienen en un algún marco de su casa cualquier trabajo con esta magnífica caligrafía que se encuentra en centenas de títulos universitarios que tienen firma del mismo autor y otras centenas de trabajos diversos producto de su talento con la escritura. Pero vamos, esto que les cuento es apenas una pequeña parte de su multifacético arte.  

El personaje sobre el que hoy escribo, es un artista campechano y destacado maestro especializado en una rama difícil de las artes pero que, a él, se le da con toda naturalidad. El grabado. Pasando por el dibujo y la pintura. Por ello, no exagero cuando digo que es la figura más representativa de la plástica campechana. Me refiero a Don Manuel de la Cruz Martinez.

 Usted quizá haya oído hablar de él. Puede que hasta lo conozca y se lo haya topado. Es una figura infaltable del cotidiano paisaje de la urbe campechana. Siempre camina por el centro de la ciudad. Por eso le reitero, que es posible, se haya topado con el. Don Manuel es un artista que no deja de producir pero sobre todo de compartir y enseñar. Por eso lo conocen como «el maestro». Es un hombre sencillo y de buen trato. Como yo digo, es de los artistas que son imprescindibles en nuestra historia cultural; Él  forma parte del Patrimonio Humano de Campeche.

Platicar con este artista es recorrer capítulos básicos de la historia y cultura de Campeche. Fue alumno del distinguido pintor campechano Domingo Perez Piña y ahora es maestro de varias generaciones de jóvenes que han abrevado bajo su guía las enseñanzas del grabado, el dibujo y la pintura.

Por supuesto que ha recibido todo tipo de reconocimientos por su larga trayectoria como artista plástico, pero él sigue tan sencillo y amable. De plática fácil y gran conversador de anécdotas, de lo que le ha tocado vivir a lo largo de su existencia, es un ser gran humano que ha sabido sortear las pruebas que la vida le ha puesto enfrente.

 Manuel de la Cruz, es un nombre que necesariamente se tiene que mencionar a la hora de hacer el inventario de nuestra historia local. Es un personaje que, siempre tendrá, el lugar que se merece entre los grandes talentos que han iluminado el horizonte del arte en Campeche. Él es el autor de mi cuadro favorito que le mencione al principio. Es mi titulo de Licenciada en Ciencias Políticas que, Don Manuel por encargo de la Universidad Autónoma de Campeche, trazo delicadamente sobre piel y grabo el documento que hace constar mi educación universitaria. Claro está que, al principio no supe quien era el autor de tan magnífico trabajo pero, al paso de los años, lo vine a saber. ¿Que cosas tiene la vida, verdad?           

 

Reinvindicacion; Bertha Paredes Medina; Tribuna de Campeche

Hoy en el aniversario del natalicio de Jorge Luis Borges, uno de mis escritores preferidos, les comparto este articulo publicado en Febrero de 2010 en el periodico Tribuna de Campeche. Sirva esta colaboración como una remembraza a su memoria…Borges…el gran Borges.

 

De las últimas ocasiones que Jorge Luis Borges fue noticia en nuestro país  la más recordada, me parece,  fue la ocasión que un mandatario hizo un trabalenguas con el nombre del famoso escritor. 

Ese desafortunado incidente provoco que su  nombre y su correcta pronunciación ocuparan breves espacios en los medios escritos y audiovisuales.

En lo personal, como admiradora de la obra escrita de Borges, no me hizo gracia el incidente. Mucho menos fue de mi agrado se usara su referencia como parte de un momento jocoso.

Por ello, ahora que vuelvo a toparme con una noticia que tiene que ver con el autor de El Aleph y el Libro de Arena, lo capto como una reivindicación a los ojos de todo el país. Esta vez, considero más afortunada su presencia en los medios.

Incluso, lo digo sin cortapisas, distinta a lo que hasta hoy conocemos de lo que fue su vida y obra. En la capital del país se ha instalado una personalísima exhibición denominada el Atlas de Borges. En este marco se muestran 130 fotografías tomadas por su esposa en diversos viajes alrededor del mundo.

A los peninsulares, sin duda, llamara significativamente la atención una foto en especial. Borges al pie de la pirámide de Chichen Itza. Ataviado con sombrero, guayabera de manga corta y bastón en mano se observa a ese Borges humano que disfrutaba viajar.

Su viuda tiene el merito de no guardar y por lo contrario,  compartir esas imágenes que nos muestran ese desconocido lado del universal escritor. Insisto, creo que la muestra es una justa reivindicación del multifacético literato que tantas maravillosas obras escritas lego al mundo. Honrar honra.

 

 

 

El contacto con las bellas artes; Bertha Paredes Medina; Tribuna de Campeche

El centro de la ciudad de Campeche es inconfundible. Sus coloridas casonas de antigua construcción y sus hermosos herrajes en puertas y ventanas son, entre otro tanto de atractivos arquitectónicos, un imán para el turismo que nos tiene en su preferencia.

En los últimos años  se ha vuelto lugar común observar, a diario, grupos de viajeros que vienen, la mayoría, del viejo mundo buscando conocer un poquito, o quizá un mucho, de nuestro amplio bagaje histórico. Esos viajeros que llenan sus ojos de Campeche y sus cámaras fotográficas de las bellas estampas que ofrece nuestra ciudad son nuestros mejores portavoces porque, de vuelta a sus países de origen, sin duda, platicaran y presumirán de esa experiencia llamada Campeche.

No queda ahí la cosa. Aún hay más. En alguna ocasión, aquí mismo en las páginas de Tribuna, les conté de  la percepción de una amiga del continente europeo que pensaba en nuestra entidad como el Campeche de la orilla del mar por ese maravilloso recorrido por carretera que va de ciudad de Campeche a Ciudad del Carmen. Ambas opciones hacen de nuestro estado un exquisito manjar para el turismo nacional e internacional.

Indudablemente que, para quien está acostumbrado a ver  la magnificencia del Centro Histórico, ya sea porque hace sus compras por el rumbo o porque la oficina donde trabaja lo obliga a pasar rutinariamente por el centro, pasan sin ver la historia que tienen frente a sus ojos. Pasar, por ejemplo, frente a la Puerta de Mar, La Catedral o la hermosa calle 59 es algo que a muchos no les produce la mayor emoción. Puede que hasta pasen sin fijarse. Eso es lo normal y para nada puede cuestionarse.

Por eso, a la gente local se le tiene que sorprender. Sorprender, por supuesto, positivamente brindándole la oportunidad de tener acceso a manifestaciones de la cultura que de otro modo, difícilmente, podría disfrutar. La estrategia es usar la vieja sentencia que dice si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma va a la montaña. Claro está, sin perder ni opacar nuestras edificaciones históricas. Más bien algo así como  entremezclar diversas formas de expresión cultural e historia perenne.

Que tal pasar por la Puerta de Mar y toparnos con una gigantesca escultura que obviamente llama nuestra atención. O quizá pasar a, la necesaria, visita a la Catedral y observa 3 enormes esculturas que nos muestran otra perspectiva de ese cachito del centro de la ciudad. Y que tal caminar por la calle 59 y toparse con otras magnificas y colosales esculturas que nos obligan a voltear y mirarlas.

Sin lugar a dudas, para quien no tiene oportunidad, o tiempo, o ganas, de meterse a un museo y admirar una exposición escultórica, la obra de Javier Marín que se exhibe en el centro de la urbe es una maravillosa forma de estar en contacto directo con esta rama de las bellas artes. Javier Marín es uno de los escultores mexicanos más exitosos que ha expuesto su obra en el extranjero y en varias partes del país. Hoy tenemos la oportunidad de disfrutar su obra que, como el dice, se puede tocar, fotografiar, interactuar…pero, yo creo, que lo más importante es admirar sin prisas estas esculturas de dimensiones gigantescas que son fruto de la experiencia de 30 años como escultor.

Si usted no ha tenido ocasión de visitar su obra, hágalo, en serio no se va a arrepentir. No olviden que, como dijo el ex rector de la UNAM José Sarukhan, la cultura es sinónimo de civilización y progreso intelectual

 

 

 

El secreto del éxito. Bertha Paredes Medina. Tribuna de Campeche

Vivir en Campeche es vivir en privilegiado sitio donde convergen sonidos. Desde el arrullo que brinda el oleaje marino hasta los cantos intrínsecos de la selva. Sin duda alguna, Campeche es cuna musical que motiva a compositores y cantores.

Obviamente, es un espacio natural que invita al despertar de talentos artísticos de hombres y mujeres, que a lo largo de los tiempos, le han cantado a esta tierra.

Es amplio el inventario de artistas que, en algún momento de sus vidas, ofrendaron sus aptitudes y talento al ambiente musical.

Quizá inspirado por esta legendaria tradición, hace unos años un pequeño manifestó a sus padres su inmenso deseo de ser músico. Pero no vaya usted a pensar que este chico quería ser un músico más. El tenía la aspiración de dedicarse a la música clásica. ¿Música clásica en Campeche? ¡Vaya que este jovencito tenía agallas para manifestar tal deseo!

Para no hacerles el cuento largo. En la medida de las opciones que encontró localmente inicio su formación musical. Obviamente llego el momento en que tuvo que irse a la capital del país a continuar sus estudios. Largas horas dedicadas al estudio y práctica fueron moldeando su talento y descubriendo exactamente cuál sería su lugar en el ámbito musical. 

Si pudiera resumir en un par de palabras su aventura con la música, diría que salió de su tierra como un explorador cargado de ilusiones y tras varios años regreso a su tierra con su alforja llena de realidad de ser un músico profesional.

Y bueno, antes de decirles el nombre si todavía no lo ha adivinado, no puedo dejar de reconocer que junto con el talento y la perseverancia en su meta, no fue tarea sencilla en ganarse un lugar en el entorno de la música clásica y destacarse para convertirse en el gran músico que es hoy en día.

Eligio Fuentes Rosado logro convertir en realidad su deseo de dedicarse a la música clásica. Es un orgullo para Campeche y un ejemplo a seguir para el desarrollo de las bellas artes en nuestra entidad.

Eligio es actualmente el director de la Orquesta Sinfónica de Campeche. Es quien batuta en mano guía a la perfección a esa pléyade de jóvenes músicos que magistralmente arrancan los sublimes sonidos que agradecen el oído y el alma de todos los que gustamos de la música clásica.

Me parece oportuno hacer un alto. ¿Orquesta Sinfónica de Campeche? En efecto. Ahora tenemos una sinfónica que, al mando de Eligio, lleva sus mágicos sonidos a los municipios de Campeche y lugares específicos de la ciudad donde antes nunca se oyó el sonar de una flauta, un trombón o un violín.

También, es justo destacarlo, ahora existe una opción viable para los jóvenes que tengan interés por dedicarse a la música clásica lo hagan, aquí mismo, en el terruño. En mi personal opinión, Eligio es un ser humano sencillo que le gusta enseñar y compartir lo que sabe. Es ejemplo de lucha por alcanzar metas. 

Concluyo esta colaboración con este pensamiento: Cuando el maestro Eligio toma la batuta para dirigir los conciertos de la sinfónica de Campeche, le vuelve la emoción de cuando niño soñaba ser músico y esa emoción le da fortaleza para dar lo mejor de sí mismo en cada actuación.

Y que nadie olvide que, todo ser humano puede lograr sus sueños si estos se basan en la perseverancia y la disciplina. Ahí radica el secreto del éxito…Porque como Luciano Pavarotti expresó “Una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada”

 

Ecos de un homenaje; Bertha Paredes Medina; Tribuna de Campeche.

 

No cabe duda que, actualmente, Campeche posee una profunda vena cultural que se traduce en la formación de excelsos valores locales que orientan su inspiración al desarrollo de las llamadas bellas artes.

Esto no es casual. La historia de nuestra entidad tiene un rico inventario de hombres y mujeres que han dedicado su talento a la literatura, la pintura, la música y demás opciones artísticas. Es amplio el bagaje cultural que nos distingue como sociedad y que, por supuesto, nos ha llevado a ocupar un importante espacio en el tema de las artes a nivel peninsular y nacional.

Si bien es cierto que, comúnmente, la labor de los creadores está marcada por largos años de trabajo y una estoica paciencia para cosechar el éxito, también es cierto que el talento y, por ende, la calidad de sus creaciones son llaves que abren las puertas al reconocimiento de su arte.

Yo soy una convencida que cada artista campechano, que se distinga en las artes, forma parte de nuestro Patrimonio Cultural Humano y es orgullo colectivo así como es orgullo general la distinción de ser Patrimonio Cultural de la Humanidad. Sirvan estas líneas para rendir homenaje a todos los artistas de los distintos ámbitos que tiene la cultura.

De manera personal, y también por vinculación de índole profesional, he tenido fortuna de establecer lazos amistosos con bastantes artistas que han aportado su talento al arte campechano. De estas experiencias trataré de compartirles mi percepción de su lado humano y también modesta opinión sobre su obra.

En esta primera entrega quiero referirme a reciente homenaje realizado para reconocer los primeros 40 años de trayectoria artística de un campechano que ha triunfado en una de las ramas del arte que, más allá de talento, requiere nobleza en el espíritu y libertad en la expresión: La pintura.

Carlos Heredia es el artista que suma 4 décadas dedicadas al trabajo constante y perseverante. Hablar de este artista necesariamente nos lleva a pensar en colores, imágenes, lienzos, cuadros y pinceles. Él pinta lo que ve…con los ojos del alma. No se puede negar que al mirar, alguno de sus murales, ocurre un acto de comunión entre lo que la gente piensa de su obra y lo que el artista quiso expresar al pintarla.

Me precio de conocer a Carlos el amigo. El ser humano. El campechano que ama esta tierra que lo vio nacer y donde ha vivido toda su vida. El Campeche donde pinta, enseña, trabaja, comparte y no deja de tener amigos y sumar admiradores de su trabajo. Su obra está ahí, al alcance de todos. Es una obra perenne. Es una obra representativa del Campeche de ayer, de hoy y de siempre.

A lo largo de los últimos 40 años, muchas generaciones de campechanos han sido cautivadas por su arte y, me atrevo a pronosticar que, en el futuro, muchas más generaciones seguirán siendo seducidas, por esa sensibilidad manifiesta en cuadros y murales que reflejan ese rio de talento que este artista desborda en cada una de sus obras

Concluyo esta colaboración con  una frase de Pablo Picasso: “Cuando era pequeño mi madre me decía: si te haces soldado, llegarás a general; si te haces cura, llegarás a papa. Yo quería ser pintor y he llegado a Picasso”.

Siguiendo este ejemplo, aquí en nuestro terruño, este artista del pincel y el lienzo ha llegado a ser Carlos Heredia.