Breve apunte: El presupuesto 2016; Bertha Paredes Medina

Ha sido este fin de semana cuando en el Congreso de la Unión, finalmente,  quedó decidido el paquete económico que regirá el próximo año en nuestro país. Fue, por decirlo en términos coloquiales, “el último jalón” al análisis, discusión, modificación y aprobación de la distribución de los 4 billones 736 mil 874 millones presupuestados para el gasto público en 2016.

Recordemos como funciona este mecanismo. El Presidente de la República envía, en septiembre de cada año,  su propuesta de presupuesto a la cámara federal.  La Propuesta es revisada y analizada al grado que los legisladores tienen atribuciones para observar y modificar las asignaciones de los egresos.

Este año la revisión ha sido atípica y minuciosa por dos razones. La primera, porque de entrada, el proyecto económico considera importantes “ajustes” a las tradicionales partidas federales para las entidades federativas y para la administración pública federal. En una palabra más cruda se aplicaran “recortes” en diversos rubros y programas.

Lo anterior, puso en la mesa del dialogo diversas negociaciones y acuerdos para reasignar el destino de una buena cantidad del recurso proyectado. Recursos, por supuesto, que los legisladores trataron de orientar hacia sus entidades y favorecer el gasto a la inversión social.

La segunda razón es que, el año que viene, ha sido tipificado como Presupuesto Base Cero con el objetivo de generar ahorros, evitar duplicidades y reducir las ineficiencias del gasto público. Una de sus principales medidas es la desaparición o fusión de 246 programas federales. Aquí, surge una interrogante obligada ¿Qué podemos esperar?

Bueno, vamos por partes, en México no es desconocido el escenario de recortes o ajustes al gasto. No quiere decir que estemos acostumbrados a ello, pero ya sabemos de qué se trata.  También sabemos que trae aparejado apretarse el cinturón.

Ahora bien la coincidencia de la disminución de partidas presupuestales, en paralelo a la instrumentación del gasto cero, es evidente se trata de un terreno inexplorado que requerirá la habilidad, experiencia y conocimientos de los encargados de administrar los recursos  para hacer más con menos. Sea lo que esto signifique llevado a la realidad. Y obviamente, será un gran reto para toda la administración pública, la búsqueda de nuevas fuentes de recursos que fortalezcan las economías de los tres órdenes de gobierno.

En todo caso, como he señalado líneas arriba, ha sido este fin semana cuando quedó aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación. ¿Y, qué sigue? Sigue devolverlo al ejecutivo para su promulgación y publicación.

Espero que las noticias de como quedaron las partidas definitivas y las reasignaciones no se pierdan entre tantas “ofertas” del Buen Fin.