La bella Francia, La belle France; Bertha Paredes Medina.

 

Entre el optimismo y la tristeza me quedo con el optimismo. Paris, Francia. Una ciudad que es en estos días incertidumbre y esperanza para el mundo futuro. Ciudad luz, Ciudad sombra. Y, no es que se decida en esta ciudad el futuro de la humanidad, pero resulta  punto clave para reflexionar, en serio, sobre como habremos de vivir el mañana.

Es de sobra conocido el terrible ataque que sufrió en su dignidad y seguridad Paris.  Lo vimos, casi lo vivimos, en tiempo real. Ahí están las crónicas e imágenes que lo  detallaron. Y que nos obligan a repetir la pregunta que alguna vez hiciera José Saramago: ¿En qué mundo estamos viviendo?

El resultado es de gran tristeza para Francia pero, igual,  ha despertado la alerta mundial luego que trascendiera la amenaza de nuevos atentados, ahí mismo, y en otras partes del mundo.

La obvia reacción fue de responder el golpe y velar intenciones de lo que varios analistas calificaron, un poco apurados considero, el inicio de una posible tercera guerra mundial. Nada más catastrófico seria este escenario de guerra para el mundo civilizado. Y es que, el tema, no cayó en saco roto: varios países líderes en lo político y económico advirtieron que tomarían las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos.

Ahora bien, hay otra interrogante que no se puede eludir: ¿Se logrará apaciguar los ánimos desatados? Difícil predecirlo. Pero el razonamiento humano debiera prevalecer sobre la mezquindad y el afán de destruir lo avanzado en el respeto entre los pueblos. Cada quien sabe su culpa y por eso cada quien tiene que querer lo mejor para las nuevas generaciones. Es el momento crucial para saber si el dialogo y la negociación sirven para algo o solo son conceptos de diccionario. Es inmenso lo que se podría perder. Y eso, por supuesto, a nadie conviene.

En la propia Francia, también, se respira optimismo y esperanza. En estos días, casualidad o paradoja, se realiza la denominada COP 21. En breve definición, es una importante reunión para hablar y buscar soluciones en favor del planeta. Es la cumbre climática de Paris. 190 países, México incluido, reunidos para encontrar alternativas que eviten se continúen causando  daños al medio ambiente. Aunque no trasciende su labor, hay un grupo de hombres y mujeres que piensan y trabajan para salvar al mundo.

Se suele pensar que la contaminación nunca será catastrófica para nosotros; que el deshielo de glaciares no “nos pegara”. Que el cambio climático es “puro rollo”. Y, lo peor: Hay quién ni siquiera sabe que significan los anteriores conceptos. Conste, no exagero.

Los líderes del mundo están en Francia para acordar un pacto global de lucha contra el cambio climático. Uno de los principales objetivos es reflexionar, analizar y decidir mecanismos para evitar suba 2 grados el calentamiento global e impedir futuras catástrofes climatológicas como el incremento del nivel del mar o la desaparición masiva de glaciares. Solo tenemos un planeta y debemos cuidarlo de la contaminación que destruye. Ya no queremos ver formarse “súper” huracanes o lobos del ártico parados en cachito de hielo. El Cambio climático no es  un juego. Por ello, la COP 21 de Francia se trata de una esperanza real que nos dice: Es posible vivir en mundo mejor. La importancia que se brinda al tema se refleja en la presencia y optimismo de los jefes de estado y de gobierno participantes.

Como antes dije, entre la tristeza y el optimismo, me quedo con el optimismo. ¿Y, usted?

 

 

 

Un Quijote de la vida y de las letras; Bertha Paredes Medina.

 

He leído poco de su obra. Alguien me recomendó Palinuro de México. Aunque la verdad, a mí, se me antojaba leer, antes, Noticias del Imperio. En tanto me decidía, cuál de los dos libros iba primero, lo descubrí recibiendo un premio a su trayectoria. Fue a principios de este año en Mérida. Le entregaron el galardón José Emilio Pacheco a la excelencia literaria. Un reconocimiento más a la producción editorial de Fernando del Paso que, a pesar de su avanzada edad, acudió personalmente a recibirlo porque tenía algo que decir…y lo dijo.

Su discurso de aceptación del premio fue una obra de arte. Inteligente y directo. Sin esconder el significado de sus palabras. Nada de dobles sentidos.  Crudo y valiente. Como se debe ser, cuando hay que recordarle al mundo que las cosas son como son. Porque, el que tiene voz, tiene la obligación de decir lo que de verdad piensa. Sin dejarse llevar por el que dirán. Al contrario, porque cuando lo que se dice pone a pensar a las personas, entonces, el objetivo de ser forjar opinión pública  está cumplido.

En la fecha en que recibió su premio, había pasado solamente un año del fallecimiento de su entrañable amigo José Emilio Pacheco. Circunstancia que le sirve para entablar ficticia charla con él para “decirle algunas cosas” sobre el México que juntos conocieron. En esta joya discursiva, que es charla compartida,  se queja, Del Paso, de lo que mira. Se duele. Se lamenta. Se disculpa. Por todo aquello que aún no se termina de resolver. Enuncia varias preguntas; En algunas, él mismo, se responde y en otras deja espacio al silencio de un interlocutor que solo está presente en el recuerdo. Siempre dirigiéndose a Pacheco, le dice, que aceptó el premio porque lleva su nombre y que lo importante no es recibir galardones sino hablar de toda injusticia; Reflexiona y le pregunta conmovido:   “Cuando me enteré que había sido honrado con el premio que lleva tu nombre, José Emilio, una andanada de recuerdos se me vino encima. Éramos jóvenes, sí, y teníamos una enorme responsabilidad que cumplir: la de cuidar el patrimonio que habíamos heredado y cuya integridad se ha visto amenazada tantas veces. Dime, José Emilio: ¿cumplimos?”… Sin duda, presiento, que al culminar su intervención varios corazones latieron acelerados y algunas manos dolieron en el aplauso tras esta pieza oratoria.

8 meses más tarde, Fernando del Paso ha ganado el premio Cervantes de Literatura 2015 que otorga el ministerio de Cultura de España. Como se podrá adivinar este galardón fue instituido en memoria de Don Miguel de Cervantes autor del Quijote de la Mancha. El escritor mexicano se suma a otros cinco literatos nacionales que han obtenido este reconocimiento: Octavio Paz, el mismísimo José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Elena Poniatowska y Sergio Pitol. Creo que sobran los comentarios sobre el mérito para recibir esta distinción del escritor cuyas obras son un recorrido por la historia de México. Me quedo con un comentario que lo define pulcramente. Son palabras de Rafael Tovar y de Teresa, presidente de Conaculta al momento de conocerse la noticia desde el viejo continente  “Fernando del Paso es uno de los narradores contemporáneos más importantes. Sus novelas son parte de la literatura universal. Nos da mucho gusto que sea un mexicano el ganador del Premio Cervantes y que finalmente se le reconozca a Fernando en esos niveles”

Como andan las cosas por el mundo, me pregunto, cuando vaya a recoger su premio  ¿Tendrá una nueva charla con José Emilio para contarle su percepción de lo que sucede fuera de nuestras fronteras? La crisis migratoria en Europa, la decadencia económica y política en otros lares o la destapada corrupción en organismos internacionales.  Esperare su discurso.

Concluyo esta colaboración para apuntar que finalmente me decidí y leí Noticias del Imperio. Ahora bien, estoy segura que con el Premio Cervantes la obra del escritor mexicano seguro “volara” de los estantes en las librerías. Le recomiendo que, si tiene interés,  junto con Palinuro de México, léase también José Trigo. No es trilogía. Pero los tres títulos son básicos para comprender su magnífico trabajo literario.

 

 

 

 

 

El cielo completo; Bertha Paredes Medina

Tuve oportunidad de revisar los estantes de una famosa librería, donde predomina el color amarillo y las motivadoras frases de invitación a leer, en busca de las novedades literarias del cercano fin de año. Como autentica niña en una dulcería, mis pasos me llevaban a todos los rincones del lugar y mis ojos iban de libro en libro identificando autores, checando títulos y leyendo las reseñas que normalmente vienen en el reverso de cada publicación. Este ameno ejercicio me permite adquirir lecturas que realmente me interesen y no me dejo seducir por el boom publicitario, que mete entre cejas a algunos autores para luego, tras el primer capítulo, sentir que se desinflan. En fin.

Les platico que ojeando las nuevas ediciones literarias, y otras no tan nuevas, me llamo bastante la atención el precio que, últimamente, han alcanzado algunos libros. Al principio pensé se trataba de algunas ediciones conmemorativas o de lujo para asignarle ese valor. Pero no. No fue esa la explicación. La mayoría de los libros, a los que verifique su precio, estaban en el mismo nivel de costo y lo defino en una palabra que no deja espacio para dudas: caros.

Claro, lo primero que se me ocurrió es que leer cuesta. Pero ese costo, me parece, debe ser accesible a los bolsillos del ciudadano común. Sin embargo, mientras más lo pensaba más claro estaba que un libro puesto en librería considera costos de diseño, impresión y distribución en particular de los libros y autores “de moda” sin dejar de lado aquellos que nunca pasaran de moda y su lectura es indispensable para la formación literaria. ¿Nombres? Entre los primeros menciono la saga escrita por el desaparecido escritor sueco Steve Larssen y la extensión de “su obra” escrita por quien sabe quién; Desde luego los escritores que son magníficos como Jefrey Archer o Paula no se que y de los autores que, al paso de los años mantienen su vigencia, está el notable  Antón Chejov y sus cuentos. El precio de sus obras tiene el calificativo enunciado líneas arriba.

El caso es que el costo actual de bastantes libros es un tema de reflexión y debate que da pauta para abundar en futuras colaboraciones…porque, en tanto miraba títulos y etiquetas con precios me encontré con una imagen que, pensé enseguida , ¡Qué idea más extraordinaria!

A alguien se le ocurrió poner en un solo espacio a decenas de literatos que han sido ganadores del codiciado Premio Nobel de Literatura. Y lo mejor. En ediciones de bolsillo que, en otras  palabras significa, a un costo  aceptable para cualquier lector.

Fue emocionante mirar ahí apilados tantos libros que concentran talento, experiencia y sabiduría de hombres y mujeres que han aportado a la literatura mundial a lo largo de las distintas épocas que han pasado desde que se otorga este internacional premio.

Grata sensación poder revisar títulos y nombres de autores conocidos y no tan conocidos como, por mencionar algunos, William Faulkner, JM Coetzee, Saul Bellow, Toni Morrison, Ernest Hemingway, Orham Pamuk, Mario Vargas Llosa, José Saramago, Gunter Grass, Octavio Paz, Alice Munro y otros tantos que llevaría bastante espacio mencionarlos. Sin duda una magnífica iniciativa para, en breves instantes, dar un paseo por la producción literaria de los premios nobel.

Y bueno ya para retirarme, decidí encargar un libro que no estaba disponible y había que solicitarlo a la editorial. Les comparto el titulo por si alguien se interesa: la gorda redonda.

El caso es que duraría una semana en llegar. Así que luego de ocho días recibí una llamada de parte de la librería informándome que ya estaba disponible y que podía pasar a recogerlo. Por distintas razones no tuve oportunidad de ir personalmente. Y he aquí la sorpresa y gran gesto de amabilidad. Con motivo de la Feria del Libro y Arte  Universitario de este año, un representante de la librería vendría a esta ciudad y me ofrecieron traerlo sin costo alguno por el viaje. Por supuesto acepte agradecida y el libro en mención ya está en mi mesita de lectura. Gran detalle de la librería.

Por cierto, hablando de la Feria del Libro de la Universidad, el año pasado tuvo como invitada especial a escritora Sara Sefcovich. Precisamente, El Cielo Completo es el título su última obra publicada. En entrega próxima les cuento de qué trata.