Un tarde de domingo, cuando no hay mucho por hacer más que reponer energías para iniciar una nueva semana, revisando al azar la programación de televisión encontré la conocida cara de Don Armando Manzanero.
Deje el control de lado y me dispuse a ver, y escuchar, lo que el cantante yucateco decía.
Enseguida me percate que se trataba de una especie de clase presencial para un reducido grupo de alumnos, que luego sabría, son natos talentos musicales.
El Sr Manzanero, con esa facilidad de palabra que tiene para darse a entender, explicaba a sus escuchas sus andanzas por el camino de la música reconociendo que nada le ha sido regalado. Es cierto, la clave de su éxito como músico, compositor y cantante es su talento.
Interpretando estrofas de algunas de sus canciones y detallando las grandes figuras de la música nacional e internacional con las que ha compartido escenario fue respondiendo, una a una las preguntas que su pequeño auditorio, no mayor a una docena de chicos y chicas, le hacían.
En este momento a mi mente vino el nombre de una campechana que ha tenido el honor de trabajar a su lado: mí adorada Paola Manrique. Por supuesto, la vinculación musical de Paola con Manzanero es material suficiente para otra colaboración.
Luego de media hora de programa ya sabía que el proyecto lo organiza la UNAM, que el puñado de jóvenes eran intérpretes y compositores y que el objetivo del proyecto es despertar el interés de la juventud en esa maravillosa música que es el bolero mediante un concurso denominado Creando Boleros.
Confieso que me dio enorme gusto, saber que la UNAM tiene bien puestas las pilas para apoyar y promover el arte. Sobre todo rescatar el género musical del bolero entre los jóvenes talentos de hoy en día.
La sensibilidad de sus interpretaciones y composiciones son la principal diferencia entre la música del bolero y la estridente música electrónica.
Y bueno, yo no sé si porque era domingo pero al terminar la participación del maestro Manzanero enseguida se transmitió nuevo programa donde cada joven defendía su composición o interpretación ante un panel de exigentes jueces que calificaban del uno al tres las actuaciones.
La interpretación de un joven atrapo mi atención al grado que tuve el presentimiento de que lo conocía de algún lado. No pude acordarme. Termino el programa y apunte la fecha del próximo programa.
El concurso de boleros, como toda cosa bien hecha por la UNAM, empezó a generar diversos comentarios. En uno de ellos, alguien pide apoyar al campechano que concursa.
Entonces es que me entero que Jorge, así se llama el joven, es originario de esta entidad y que estuvo, alguna vez, con la Orquesta Sinfónica de Campeche que magistralmente dirigía, en ese tiempo, el maestro Eligio Fuentes Rosado.
No cabe duda que las buenas ideas son las que mueven al mundo. En este caso, ir al rescate de un género musical y hacer partícipes a los jóvenes de este objetivo es una acción que merece todo reconocimiento.
Porque como Arthur Schopenhauer decía “En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad”.
PD. Apenas un par de días de escribir esta colaboración se llevó a cabo la final de este excelente proyecto y Jorge Gutierrez fue el ganador del concurso Creando Boleros en la categoría de interpretes. Una felicitación al cantante campechano y nuestro reconocimiento a la UNAM por excelente foro de talento musical.