No todo el mundo es Nicaragua. No más Nicaragua. Ambas líneas, que bien podrían acomodarse en una sola, reflejan el vaivén político a donde la democracia ha llevado a las sociedades y que luego del Brexit en Gran Bretaña, El NO al referéndum por la paz en Colombia, La increíble vuelta al gobierno de Mariano Rajoy al gobierno de España y el cierra del calendario político 2016 con el sorprendente resultado de las elecciones en Estados Unidos.
No tiene caso analizar antecedentes y causas que condujeron al conocido desenlace. Opino que de eso hablaran muchos. Correrán ríos de tinta tratando de explicar lo que, a simple vista, parece inexplicable pero que, sin duda, tiene sustento democrático porque, en cualquier elección, el más votado es el que gana.
Pienso que, las elecciones y los candidatos, deben analizarse en un contexto distinto. Dejar de pensar en el viejo axioma de que el ciudadano es un voto. Creo que, desde ahora y desde siempre, el ciudadano que vota ha sido, y es, un factor de cambio. Que piensa y razona. El hombre que vota ya no cree en la política o en los candidatos. Cree en su propia condición de conveniencia.
En cuanto a los candidatos queda claro que aquel político que promete y promete ya no es confiable. La sociedad necesita creer y ahí es donde radica la diferencia. No existen candidatos malos existen malas estrategias. Los candidatos tienen que lograr poner de pie al electorado. Interesarlo y convencerlo que salga a las urnas y decida usar su voto.
Lo sucedido en el país vecino es una abierta señal de que el mundo está cambiando. Mejor dicho, ha cambiado. Los antiguos libros de política ya no son capaces de tener todas las respuestas para el esquema político actual. De ello no hay duda.
Y, lo increíble: El reconocido pesar nacional porque Barack Obama se va del gobierno. Pienso que, Irwing Wallace y su futurista libro “El hombre”, no habría podría creer que un día, el hombre de color que llegaría a gobernar USA fuera aclamado y reclamado para continuar gobernando…si esto fuera posible.
Otra cosa. Pienso que, los Estados Unidos perdieron la gran oportunidad de tener, por vez primera, a una mujer al frente del gobierno. Después de lo sucedido, hasta parece que no era la ocasión. Inclusive quizá no era la candidata. Solo el tiempo lo dirá.
Cierro con una línea inevitable. En menos de dos años habrá sucesión presidencial en México. En estos tiempos donde la lógica, más que nunca, no es valor elemental de la política.