Recordando a la abuela

Mi abuela era sabia. Era de esa generación de mujeres «echas» de otra madera. Directa en su trato, la llamaba a cada cosa por su nombre. No le ha pasado pena decir lo que pensaba. Ni de quien, lo pensaba. Contra lo que puede creerse, decir verdades, le granjeaba solidas amistades. No le doraba la píldora a nadie. Quizá por ello vivió hasta los 116 años, en el barrio de San Francisco en esta ciudad de Campeche.

Recordé el carácter de la abuela ahora que daba vuelta a las noticias, en la sección nacional de Tribuna, sobre el rumbo de la elección presidencial que viene. Pensé, de hecho me pregunte, qué pensaría la abuela de los actuales aspirantes a presidente de la república. Seguro que su opinión es tan certera como cuando su dolor de rodillas le indicaba que iba a tener mal tiempo y llovería. Siempre le atinaba.

Le platicaría. Primero, el marco de tiempo. En escasos 5 meses será la jornada electoral que llevara un nuevo inquilino a los pinos. En unos 130 días tendremos que definir a quién elegir … ¿Tendremos ?, interrumpiría mi abuela. Perame mi hijita. ¡Te parece que la gente, en este cortísimo tiempo, decidirá a su favorito! No lo creo. A estas alturas todos deben tener definido a quien apoyarán. Nada que vamos a descubrir el hilo negro en las campañas. Imagínate que el futuro del país depende de esos cinco meses que faltan. La indecisión respecto de quien debe hacer los próximos seis años, dejarla en manos extrañas, la gran decisión que nos compite.

Muy cierto abuela, ahora bien, que opinión te merecen los aspirantes más notables. Para empezar de los tres principales que, sin duda, estar en la boleta electoral.

Mira hija, del muchacho flaquito, no tengo mucho que decir. Su presencia esta complicada por tantas explicaciones que ha tenido que ofrecer sobre su cuestionado patrimonio personal. ¿Te acuerdas de don Chucho el de la tienda de abarrotes que prestaba a redito? Tantas malas cuentas entregó, que perdió amigos y la confianza de la gente del barrio. Sabiendo su historial perjudicado ¿tú le darías tu voto…de confianza…a Don Chucho para que te represente? Algo parecido me sucede con ese muchacho. Eso para empezar. Porque, además, dicen que su familia vive en Estados Unidos.

¿Y del otro abuela, que me puedes decir? ¿El otro, el de cabello blancuzco?… que te puedo decir que no le hayan dicho. De entrada no me late que tenga tantos años como candidato. Me pregunto en que trabaja y de que vive. Y, no sé, no me da mucha confianza. Para mí, ya pasó su tiempo. No entiendo como la gente todavía lo sigue. El país ha cambiado y necesita alguien más activo, que trabaje sin descanso y no nos preocupe su salud.  Y además que tenga una visión modernizadora que empate con la globalización, la tecnología y el desarrollo mundial.

¡Abuela, con esos términos suenas como maestra de economía de la universidad!

Y bueno, déjame terminar, del candidato ciudadano me gusta toda la experiencia que tiene en el trabajo público. Dicen que los últimos 15 años se la pasó laborando como titular de varias secretarias, ¡seguro algo bueno habrá aprendido! No como el otro que los mismos 15 años ha sido…candidato y candidato derrotado.

La inexperiencia y la terquedad en conjunto, creo hijita, quedan por debajo de quien ha dedicado parte de su vida a trabajar mínimo 16 horas al día, como dicen lo ha hecho Pepe el candidato que, sin ser partidista, es el más viable para encabezar al país. Y le digo Pepe porque así, sin títulos ni formalismos, le gusta que le llamen.

¿Y las encuestas abuela?

Deja tú las encuestas hijita. Esas casi siempre se equivocan. ¿O, me equivoco? Checa los datos de las últimas elecciones y veras las erradas que se han dado.

Suspiro. Cierro la edición de Tribuna del último domingo. Si mi abuela viviera.